Un deliberado propósito anima este libro: revelar la memoria de los Ignorados u olvidados, los sin nombre. En criterio del poeta modernista Nicaragüense Rubén Darío, Los ignorados era el título preciso del libro de Max Grillo para un lector europeo, y con ese nombre lo publicó la Casa Editorial de la Librería Ollendorf, de París, en 1912. Entre nosotros se llamó y se seguirá llamando con el sugestivo título de Emociones de la guerra. En este teatro rural de la guerra, cayeron infinidad de combatientes sin nombre, los Higinios de las sementeras y oficios de labranza, con el anónimo designio de la peonada fiel a los idearios sentimentales que animan la autoridad de su patrón. En él podemos palpar el alma elemental de los adversarios que murieron en el campo de batalla sin conocer a ciencia cierta el verdadero sentido de la causa por la que peleaban.